153.-
«"La
humanidad, amigos míos, es débil y necia. A todos nos han dicho que en el
universo existe la gracia, pero, en nuestra humana necedad y miopía, pensamos que
la gracia divina es finita y, por eso, temblamos. Ha llegado el momento en que
nuestros ojos se han abierto, y ahora vemos que la gracia es infinita y nos
percatamos de ello.
La gracia... no nos exige nada, salvo que
la esperemos con confianza y la reconozcamos con gratitud. La gracia... no pone
condiciones ni señala a ninguno de nosotros en particular; la gracia nos
introduce... a todos en su seno y proclama una amnistía general.
Se nos da lo que hemos elegido, y lo que
hemos rehusado... nos es concedido. ¡Ay, lo que hemos rechazado es derramado en
abundancia sobre nosotros!"
Y aunque los hermanos y hermanas no habían
entendido del todo el discurso del general, lo único que sabían es que una luz
celestial había inundado aquellas habitaciones... Ancianos taciturnos
recibieron el don de lenguas, y oídos que durante años habían permanecido casi
sordos se abrieron a él. El tiempo mismo se había fundido con la eternidad y, mucho
después de medianoche, las ventanas de la casa resplandecían como oro... A
ninguno de ellos se le había ocurrido nunca pensar que pudieran ser exaltados
por sus propios méritos. Cayeron en la cuenta de que la gracia infinita de la
que había hablado el general les había sido otorgada... Las vanas ilusiones de
esta tierra se habían desvanecido cual humo delante de sus ojos, y ellos habían
visto el universo tal como realmente es».
Si la Biblia no te lleva en esta
dirección, creo que no le estás permitiendo que lleve a cabo su mayor obra.


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