jueves, 7 de junio de 2018

17.- INFORMACIÓN NO EQUIVALE NECESARIAMENTE A TRANSFORMACIÓN


17.- 
La tradición bíblica valora estas dos primeras cúpulas de sentido; aunque no las denomina así, a ambas las toma en serio. Tanto el "este soy yo" como el "estos somos nosotros" forman parte del relato; la vida del individuo y la vida de la nación son escenarios de la acción de Dios. Pero la Biblia añade luego algo más. Ambas cúpulas de sentido se encuentran asimismo "conectadas con algo Infinito".

La tentación de la Nueva Era, como la del liberalismo sofisticado, es vivir exclusivamente en la primera cúpula de sentido, en el ámbito de la experiencia individual. Eso es demasiado poco. En dos palabras: contar sin cesar la "historia" de uno mismo acaba siendo aburrido y narcisista. La pregunta es siempre y para todos: "¿Cómo encaja esto en un contexto más amplio?", "¿Qué puedo hacer con mi experiencia por los demás y por el futuro?".
Otras personas más tradicionales, más conservadoras, tienden a perderse en la segunda cúpula de sentido: lealtad al grupo, identidad grupal. "Mi país, con razón o sin ella", o: "Mi religión, aun sin experiencia interior de ella", son ejemplos de este nivel de pensamiento. Todo puede convertirse en sumisión ante el líder o ante la identidad grupal. Para muchos católicos conservadores, reconocer las cosas absurdas que han dicho o realizado los papas del pasado es superior a sus fuerzas. Los estadounidenses conservadores son incapaces de criticar a su partido político, al ejército o al presidente de la nación.
A nuestro juicio, quienes se sitúan en cualquiera de los dos extremos terminan ideologizados, es decir, reemplazan la experiencia real por conclusiones predeterminadas. Ya tienen las respuestas antes de escuchar la información y aprender de ella. Tanto los unos como los otros necesitan una cúpula de sentido más abarcadora si quieren salvarse a sí mismos.

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