miércoles, 6 de junio de 2018

73.- PODER BUENO Y PODER MALO


73.-
Psicológica y espiritualmente no existe el triunfo por la fuerza. La dominación es dominación, no transformación. La manera de recorrer el camino determina la meta a la que uno finalmente llega. El dominado termina convirtiéndose en otro dominador o en una triste víctima, o en ambas cosas a la vez; y todas estas clases de personas son un lastre para la sociedad y para ellas mismas. Diríase que este claro patrón debe ser discernible en la historia. Yo ciertamente lo discerní en los catorce años que serví como capellán de prisiones.
Así como, según se supone que dijo Napoleón, "solo las personas de espíritu cambian de verdad las cosas, los demás nos limitamos a reorganizarlas", así también solo Dios es lo suficientemente paciente para esperar a que acontezca el cambio real, y lo suficientemente poderoso para saber que antes o después se producirá. El resto de nosotros nos contentamos con "reorganizar las hamacas de cubierta del Titanic", que es lo único que puede hacer la violencia.
Las personas no transformadas parecen pensar que los problemas pueden resolverse por medio de la fuerza exterior, cuando en realidad eso equivale a cambiar las cosas desde arriba o de fuera adentro. La palabra de Dios nos mueve hacia diversas clases de poder espiritual. Y ese poder es el que permite que las cosas no solo sean externamente cambiadas, sino transformadas de verdad, y no desde arriba, sino desde abajo, no de fuera adentro, sino de dentro afuera. O como lo formula Jesús: "Limpia primero por dentro la copa y el plato, y el exterior ya se cuidará de sí mismo" (Mt 23,26).

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