15.-
Es increíble que la religión le haya dado
la vuelta a la idea bíblica de fe hasta convertirla en exactamente lo
contrario: en una tradición de conocimiento cierto, supuesta predecibilidad y
completa seguridad sobre quien agrada a Dios y quién no. Supongo que “nosotros” creemos tener a Dios en el
bolsillo. Sabemos que es lo que Dios va a decir a continuación, porque pensamos
que nuestra particular confesión religiosa lo ha desentrañado todo. En este
esquema, Dios deja de ser libre y debe someterse a nuestras normas y
decisiones. ¡Ahora bien, si Dios no es libre, tenemos un serio problema, porque
entonces, cada vez que perdona o se muestra misericordioso con alguien, está
quebrantando sus propias reglas y manifestándose como un ser terriblemente
contradictorio!
Lo asombroso de los hebreos es que no
reprimieron su realidad. Se negaron a dejarse consolar por mitos irracionales.
En cierto modo, Israel no se distanció de sus propias contradicciones o de las
contradicciones de la vida, ni de los horrores y abismos de la historia, que en
Jesús acabaron convirtiéndose en "la cruz". Pero estas duras
realidades ya habían estado presentes en los relatos de Job, así como en las experiencias de éxodo y exilio de los
judíos y en las constantes invasiones u ocupaciones del país por potencias
extranjeras. Deben de haber sentido a menudo la necesidad de decirle a Dios esa
frase que se le atribuye a Teresa de Jesús: "Si así tratas a tus amigos,
con razón tienes tan pocos".
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