jueves, 7 de junio de 2018

18.- INFORMACIÓN NO EQUIVALE NECESARIAMENTE A TRANSFORMACIÓN


18.- 
A la tercera cúpula de sentido que engloba y regula las dos menores la llamamos "la historia". Con este término nos referimos a “los patrones siempre verdaderos”. Dudo si hablarles de este asunto a los "auténticos creyentes", porque es algo mucho más amplio y compartido que cualquier religión o confesión. Todas las religiones saludables narran la "historia" en diferentes niveles, tal y como autoritativamente enseñó el Concilio Vaticano II (Nostra Aetate 1 y 2). Por ejemplo, el perdón resulta siempre sanador, no importa que uno sea hindú, budista, católico o judío. El perdón es uno de los patrones siempre verdaderos y, por tanto, forma parte de la "historia". No existe un modo específicamente católico de dar de comer al hambriento o de cuidar de la tierra. El amor es siempre amor, aun cuando se deba a una motivación diferente.
La tradición bíblica se toma en serio estos tres niveles: “mi historia”, “nuestra historia” y “la historia”. La revelación bíblica afirma que “la única manera en la que uno puede atreverse a dar el paso” hacia “la historia” y a comprenderla en profundidad es recorriéndola y asumiendo a la vez responsabilidad por la “propia historia personal” y por la “historia del grupo al que pertenece”. Tienes que prestar oído a tu experiencia, a tus fallos, a tus pecados, a tu salvación, tienes que asumir que formas parte de la historia, de una cultura, de un grupo religioso, para bien o para mal. No puedes sanar ni “mirar honestamente” lo que no admites.
La religión fundamentalista intenta llegar de un salto al tercer nivel, a “la historia”, sin realizar el doloroso trabajo personal de la “historia individual” ni el análisis crítico, histórico y social de la “historia comunitaria”. De ahí que ese tipo de religión sea tan superficial y tan poco autocrítica.
La genialidad de la revelación bíblica consiste en que, en lugar de darnos simplemente los "siete hábitos de la gente altamente efectiva", nos concede permiso e incluso nos brinda orientación para que nos apropiemos de forma consciente de “nuestra propia historia” en todos los niveles, en todas y cada una de las partes de nuestra vida y nuestra experiencia. Dios usará todo este material, incluso lo negativo, para ofrecernos vida y amor.
¡“Esto sí” que es de verdad una buena noticia! De repente podemos tomarnos en serio nuestras vidas, con todo lo bueno y lo malo que tienen, porque Dios ya lo ha hecho antes que nosotros. No estamos atrapados en nuestra pequeña cultura e identidad grupal, ni en nuestro dolor y nuestras penas individuales. Formamos parte de la Gran Imagen y vivimos dentro de un adorable huevo cósmico lleno de sentido, donde nada es eliminado y todo nos conduce a la vida. Jesús nos enseñó a llamarlo "reino de Dios".

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