76.-
Como
veremos, en la Biblia la posición espiritual privilegiada le corresponde a lo
inferior, a lo marginal, al forastero. En una palabra, esta es la razón por la
que la revelación bíblica es revolucionaria e incluso subversiva. Se trata a
todas luces de literatura desestabilizadora y, sin embargo, ha sido utilizada
en gran medida por el poder establecido: ahí radica el núcleo de nuestro
problema interpretativo. Los llamados "pequeños" (Mt 18,6) o
"pobres de espíritu" (Mt 5,3), como los designa Jesús, son -a juicio
de éste- los únicos receptivos a su enseñanza, los únicos que pueden crecer. Este
parece ser el punto de partida de Dios, una suerte de programa en doce pasos,
porque no reconoceremos, ni aceptaremos ni siquiera buscaremos, el poder
verdadero hasta el momento que admitamos que "somos impotentes".
Cuando conduce al pueblo hasta la orilla
del mar Rojo, Moisés dice a los israelitas: «No tengáis miedo; estad firmes y veréis la victoria que Yahvé os va a
conceder hoy... “Yahvé peleará por vosotros; vosotros esperad en silencio”» (Ex
14,13-14). ¡Tal es el condensado inicio de lo que se convertirá en la mente
contemplativa, del gran tema que llegará a ser la gracia!
Deja de intentarlo. Deja de forzar la
realidad. Aprende el misterio de la sumisión y la confianza, y entonces te
sobrevendrá, acontecerá a través de ti, contigo, en ti y, muy a menudo, a pesar
de ti. Podría decirse que el único y eterno patrón de Dios es la “creatio ex nihilo”; Yahvé está siempre
"creando algo de la nada". Los términos cristianos para designar ese
eterno patrón son "resurrección" y "gracia". Los tres
conceptos apuntan a lo mismo: al hecho de que Dios "da vida a los muertos y
llama a existir lo que no existe" (Rom 4,17). Cabe afirmar que
esta es la tarea primordial de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario