miércoles, 6 de junio de 2018

125.- LA MENTIRA DEL MAL

125.- 
En cierto sentido ahí radica también el motivo por el que la mayoría de los profetas fueron asesinados. Su mensaje no era el de un imperio ni el de un estado de seguridad, ni tampoco se basaba en el militarismo o el poder mundano. Solo si reconocemos esto estaremos preparados para la entrada de Jesús en la ciudad a lomos de un pollino (cf. Zac 9,9) y para una clase totalmente nueva de Mesías, que trae una nueva clase de reino. Jesús deja bien claro ese punto en las palabras que dirige a Pilato: "Si mi reino fuera de este mundo, mis hombres habrían luchado" (Jn 18,36). Es bastante sorprendente que hayamos pasado por alto este versículo.
El universalismo (no el pensamiento grupal) es el quid de todo el libro de Jonás. El protagonista homónimo de la obra no quiere ir a predicar a los ninivitas, porque, como cualquier miembro de cualquier grupo, no le gusta que su Dios se ocupe de otras gentes. Dios se ve obligado a hacer que naufrague y, con ayuda de la maravillosa imagen del gran pez, dispone que sea vomitado justo en la orilla de la que huía. ¡Jonás estalla en un ataque de celos y resentida furia (Jon 4,1.4.9) cuando los ninivitas creen de hecho en su mensaje (Jon 3,5)! Así, en el último versículo del libro, Dios dice a Jonás: "¿Y no soy libre para apiadarme de Nínive?" (Jon 4,11). Aquí se tienden los cimientos para la compasión universal, y no solo para un pequeño sistema de superioridad, que es lo que Jonás, el profeta a regañadientes, parece querer.
Pienso que el relato de Jonás representa ‘el muy necesario tránsito del ministerio como mero afán de hacer carrera al ministerio como vocación real’, del hacer ‘mi’ trabajo para Dios a dejar que Dios realice su trabajo en mí y a través de mí.
¡En contra de la opinión común, el Dios del llamado Antiguo Testamento es ‘no’ violento! Es el mismo Dios que se convierte en el Padre de Jesús en el Nuevo Testamento; y Jesús, a buen seguro, no ve a su Padre en absoluto como violento. Tanto en las Escrituras hebreas como en las cristianas encontramos textos que propician la violencia y textos que propician la no violencia, pero la revelación totalmente nueva y más profunda consiste en que Dios no es violento, a pesar de la violencia del pueblo en medio del cual él habita. Tal y como formula Jesús; "Dios hace salir su sol para buenos y malos y hace llover sobre justos e injustos" (Mt 5,45).

No hay comentarios:

Publicar un comentario