miércoles, 6 de junio de 2018

107.- EL FILO DE LA NAVAJA: SABER Y NO SABER


107.- 
Las tres religiones monoteístas insisten, cada cual, a su manera, en elevar pretensiones absolutas de verdad ‘en forma de palabras’, mientras que la pretensión de verdad de Jesús era su propia persona (Jn 14,6), su presencia (Jn 6,35ss), su capacidad de participar en el perfecto amor de Dios (Jn 17,21-22). Haber acentuado el pleno acuerdo sobre palabras y formas (¡algo que nunca va a suceder!) en vez de invitar a las personas a vivir la experiencia de la ‘Presencia Informe’ es el origen de mucha de la violencia padecida en la historia humana. Jesús nos brinda su ‘presencia resucitada’ como "el camino, la verdad y la vida" En ese plano no hay mucho en torno a lo cual contender; de hecho, la disputa pierde todo interés. «Todo lo que las formas pueden hacer es señalar al Informe; sin embargo, no niego la profunda necesidad que tenemos de las formas y las palabras -y el don que representan-. Sin duda, necesitamos indicadores y "abrebotellas"».
Un amigo fundamentalista me dijo en cierta ocasión que uno nunca puede "interpretar" la Biblia. Espero que se haya dado cuenta de que eso es imposible. No se puede ‘no’ interpretar la Biblia. El solo hecho de leer la Biblia conlleva interpretarla a través de nuestra cultura, nuestro temperamento, nuestra personalidad, a través de la pertenencia a una época concreta de la historia y a un lugar determinado. Eso es ‘siempre’ una interpretación.
Quien rechaza la interpretación
 informada se ve atrapado en su propia y limitada interpretación cultural. Verdaderamente, no hay elección. Uno ‘tiene que’ interpretar y, ‘de hecho’, interpretará. Pero lo mejor que puede hacer es elevar a conciencia sus sesgos personales y tratar de apartar del camino los intereses de su propio ego. Aquí es donde el cristianismo ha sido muy, muy débil en la educación espiritual de sus miembros. Y esa es también la razón de que yo acentúe la oración como proceso necesario.
Solo las personas orantes y contemplativas (no quienes piensan en términos disyuntivos) pueden extraer esos significados profundos. Los únicos otros momentos importantes en los que tendemos a abandonar el pensamiento dualista es cuando nos vemos asaltados por la oscuridad, la pena y el duelo. Así pues, pienso que ‘la oración y el sufrimiento son las dos principales sendas de transformación’. Solamente entonces comenzamos a leer las Escrituras con lo que el Deuteronomio (Dt 10,16) y Jeremías (Jr 4,4) llaman un "corazón circunciso" y al oírlas con "oídos circuncisos" (Jr 6,10). A buen seguro, hace falta algún recorte, alguna poda del programa del ego y de la cultura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario